Murtas Descúbrelo
La mejor manera de conocer un lugar es descubrirlo. ¿Te atreves? ¡Ven! y descúbrelo. Si quieres de puntillas, en silencio, muy dispuesto a cargar las pilas que después se irán gastando en nuestras ruidosas ciudades.
Quiénes somos
Asociación Vecinal Contraviesa Murteña
Esta asociación quiere ser un estímulo positivo, un recuerdo vivo, actualizado, para todos los simpatizantes de esta bella tierra de la Contraviesa con sus milenarios pueblos de Murtas, Mecina Tedel y Cojayar; olvidados durante siglos por su aislamiento geográfico entre Granada y Almería, la sierra y el mar.
La Asociación tiene como fin general la defensa de los intereses de los vecinos, así como la promoción de actividades culturales, religiosas, deportivas, de ocio y cualquier otra que pueda ser de interés y utilidad para la comunidad. Además, busca fomentar la participación e implicación de los vecinos en temas de interés general, como salud, educación, bienestar de los mayores, servicios bancarios, hospedaje, repoblación municipal, ornamentación, limpieza y celebraciones tradicionales religiosas.
Un objetivo clave es dar a conocer la historia y riqueza religiosa, cultural y ambiental de Murtas a través de redes sociales y otros medios de comunicación, resaltando su enclave geográfico estratégico y su belleza natural. Asimismo, la Asociación se propone implicar a las instituciones públicas en los problemas, necesidades y proyectos del municipio, y promover actividades saludables en el entorno del pueblo, como rutas de senderismo junto con el turismo rural.
Además, se dedica a promover programas y nuevas iniciativas para luchar contra la despoblación, así como a fomentar la cultura de la solidaridad en el municipio, planificando gestos y proyectos concretos orientados a la atención de los más desfavorecidos, enfermos y personas que padecen soledad o necesidades. También se esfuerza por dar a conocer los recursos naturales a empresas y particulares con fines empresariales, laborales y turísticos, y cuidar la relación con los murteños que residen fuera del municipio.
Para alcanzar estos objetivos, la Asociación desarrolla una serie de actividades, entre las que se incluyen gestiones con las distintas administraciones para adecentar y embellecer las entradas al pueblo con plantas ornamentales, la organización de jornadas de senderismo y la promoción y divulgación de la Romería del día 1 de Mayo en el paraje «Morgana». También se busca activamente medios para la construcción de la Ermita a la Santa Cruz en el mismo paraje, y se lleva a cabo un censo de casas en ruinas con peligro de derrumbe, solares sin vallar, tapias caídas y enseres de particulares en la vía pública. Además, se trabaja en dar a conocer la Asociación Vecinal en redes sociales y otros medios de comunicación para una mayor difusión y participación comunitaria.
Descubre nuestro pueblo
Natural, íntimo, recatado y apaciblemente abierto frente al mar azul y las cumbres blancas de Sierra Nevada.
Descubrir nos hace protagonistas, nos ilusiona y nos deja su huella para emprender, cambiar, superar el lastre de los avatares de la vida. ¡No lo dejes, descúbrelo!
Cultura e historia, rapidísimos retazos sobre Murtas
Esta tierra es algo más que mirar lo externo, superficial…Ahondar en este descubrimiento desde sus ancestros es formar parte de ese todo a lo largo de su historia. ¡Descúbrelo!
La arqueología es en acuerdo sobre la antigüedad de los hallazgos en las cuevas del cerro Cerrajón, que a sus faldas está enclavado el pueblo de Murtas. Consideran que al final del periodo del neolítico adentrado en la edad del bronce. Murtas y Turón su vecino, viven paralelos en la historia por su proximidad e independientes. En las cuevas del Marchal de Turón, hallaron utensilios del bronce, símiles a los de Murtas, y viceversa.
El asentamiento de la población murteña fue lento.
Sus tierras benignas para el trigo, cebada y centeno codiciadas, que sembraban el escaso número que la poblaban. Murtas la habitaban en el año 1565 unas treinta familias moriscas y diez familias de cristianos viejos. En el levantamiento morisco alpujarreño, en la navidad del año 1568 del reinado del rey Don Felipe II, Murtas morisca se levantó, al llegar las tropas que terminaron de hacer gran estrago en Ugijar, bajo el mando del terrible capitán morisco Aben-Farax, enemigo de todo lo cristiano, y dolorido por la “pragmática sanción del 1567” acuñada en Granada que desencadeno la rebelión.
En Murtas fueron martirizados entre la pared de la iglesia que hoy olvidad se le llama ermita de la Santa Cruz y el suelo del cementerio, veintiuna personas católicas de las que dieciocho fueron adultos y tres niños pequeños, que entre dos tiraban cada uno de sus piernas y lo despedazan para luego chocarlos por las paredes de la casa de los herederos de Blas Rodríguez y Luis de Budia, suegro del sacristán Esteban Zamora, a quien junto con su hermano desnudos y atados mataron en la era llamada luego de los Católicos y los descuartizaron. (manuscrito del 1602 biblioteca nacional y monumenta christiana granatensia vol III pag. 283 y volumen II pag. 144 y historia eclesiástica de Granada, Justino Antolinez de Burgos pag. 289-90)
Tiene Murtas dos iglesias, una es la antigua arriba dicha y aquí descrita, es mas alargada que ancha. El altar da la espalda al cementerio. Su frente es sobrio, adosada a su torre de altura mediana, miran hacia el mar ambas. La torre es ancha, abierta por cuatro arcos ventaneros, su visión fue para la vigilancia estratégico. Desde la izquierda se pasea la vista por la sierra de Gador, girando a la derecha por el mar haciendo arco domina el horizonte hasta los cerros de Melicena. Tenía esta torre una escalera de caracol, la que los moriscos incendiaron.
Allí se refugiaron los mártires mencionados y ser rendidos, entregando las armas que eran bien pocas, una espada, dos arcabuces y dos ballestas. (manuscrito de 1602 de la biblioteca nacional monumenta granatensia pag. 141). En su pared izquierda tiene incrustada una cruz de piedra cincelada que sale de media a grande con la leyenda conmemorativa grabada a martillo recordando a los mártires, con un castellano firme y antiguo. En el centro la fecha 1670 que da fe del suceso de ayer y hoy verificable.
La otra iglesia es enorme, la rodea el pueblo. Su patrón es San Miguel Arcángel. Su frente es muy ancho y alto, coronada por dos torres altas. Tiene en su frente un reloj redondo que la favorece. Comenzó su construcción en el año 1775, acabada en el 1806. Es de estilo neoclásico, de ocho columnas, anchas, altas y fuertes; alargada, espaciosa y diáfana se mantiene orgullosa. Guarda en su seno dos joyas: la Santa Cruz del estilo patriarcal de Jerusalén del siglo primero. La cruz de Caravaca es en su forma como esta, y una magnífica, vistosa y generosa en amplitud, una Custodia. Ambas son reliquias de gran valor, de las que Murtas se goza.
Fue la querida Custodia ofrendada a Murtas por Don Tomás de Roda y Rodríguez de natural murteño. Fue su párroco por treinta años, siendo obispo de Menorca luego. La reina Isabel II lo hizo predicador en la corte. Lo honró con la cruz de Carlos III. En la vejez fue obispo de Jaén breve, donde entregó a Dios su asombrosa vida. Está sepultado en la catedral, cerca de la cripta.
En Murtas, su lavadero se construyó en el año 1601. Recoge las aguas de su fuente inseparable. Al entrar en la pila ancha y larga, pasa el agua mansa por un caño adornado por un pequeño monumento, fechado con número romano MDCI. Fue reconstruido en el año 1858, bajo el auspicio de Don Tomás de Roda y Rodríguez de quien ya se dijo, quien dejó en testamento 5.000 reales para que se hiciera lo que en él se hizo.
Murtas crece en población y economía a partir del año 1800.
Los terremotos que asolaron Berja durante meses fue causa de que muchos de sus vecinos buscaran sitio seguro encontrando en Murtas lo satisfactorio. Sus cosechas de trigo, cebada y centeno fueron compradas por Berja por mucho tiempo.
Murtas en su prosperidad, hizo rotar sus cultivos a nuevos.
Murtas contempló y contempla, pacífica y discreta, la historia desde su cerro.
Murtas fue buscada por sede de la Academia General Militar en el año 1823 reinando Fernando VII “El Deseado”. Fue aquí disuelta para aparecer reorganizada en el año 1825 en Segovia, el Real Alcázar.
Murtas sufre cruelmente en si misma, la odiada guerra civil del año 1936, dejándola herida primero y en pobreza luego.
Murtas se levanta de la desdicha a la prospera victoria.
En el año 1950 crece vigorosa en población, cosecha, mercado y oficios. Apiñada a sus patronos santos, y endereza serena el alma; y les nace el trovo, avispado, perspicaz e ingenioso, que arropado por los violines, acordeón, bandurria y guitarra, más y más se inspira, y al pronto, danzan sus mujeres con belleza armónica, contestando al trovador con nobles y risueñas castañuelas, que colgadas de ellas, largas cintas multicolores se contornean al requiebro de las graciosas siluetas femeninas murteñas, que en sonrisas satisfechas, entran coquetas a superarse en la segunda estrofa.
Que Murtas discreta y silenciosa, tiene mucha más historia.
Murtas es imposible describir en la cara de una hoja.
Que definir: tesón, firmeza, decisión y constancia, con decir, “Murtas” basta.
Paco “ Ermitaño”
La arqueología es en acuerdo sobre la antigüedad de los hallazgos en las cuevas del cerro Cerrajón, que a sus faldas está enclavado el pueblo de Murtas. Consideran que al final del periodo del neolítico adentrado en la edad del bronce. Murtas y Turón su vecino, viven paralelos en la historia por su proximidad e independientes. En las cuevas del Marchal de Turón, hallaron utensilios del bronce, símiles a los de Murtas, y viceversa.
El asentamiento de la población murteña fue lento.
Sus tierras benignas para el trigo, cebada y centeno codiciadas, que sembraban el escaso número que la poblaban. Murtas la habitaban en el año 1565 unas treinta familias moriscas y diez familias de cristianos viejos. En el levantamiento morisco alpujarreño, en la navidad del año 1568 del reinado del rey Don Felipe II, Murtas morisca se levantó, al llegar las tropas que terminaron de hacer gran estrago en Ugijar, bajo el mando del terrible capitán morisco Aben-Farax, enemigo de todo lo cristiano, y dolorido por la “pragmática sanción del 1567” acuñada en Granada que desencadeno la rebelión.
En Murtas fueron martirizados entre la pared de la iglesia que hoy olvidad se le llama ermita de la Santa Cruz y el suelo del cementerio, veintiuna personas católicas de las que dieciocho fueron adultos y tres niños pequeños, que entre dos tiraban cada uno de sus piernas y lo despedazan para luego chocarlos por las paredes de la casa de los herederos de Blas Rodríguez y Luis de Budia, suegro del sacristán Esteban Zamora, a quien junto con su hermano desnudos y atados mataron en la era llamada luego de los Católicos y los descuartizaron. (manuscrito del 1602 biblioteca nacional y monumenta christiana granatensia vol III pag. 283 y volumen II pag. 144 y historia eclesiástica de Granada, Justino Antolinez de Burgos pag. 289-90)
Tiene Murtas dos iglesias, una es la antigua arriba dicha y aquí descrita, es mas alargada que ancha. El altar da la espalda al cementerio. Su frente es sobrio, adosada a su torre de altura mediana, miran hacia el mar ambas. La torre es ancha, abierta por cuatro arcos ventaneros, su visión fue para la vigilancia estratégico. Desde la izquierda se pasea la vista por la sierra de Gador, girando a la derecha por el mar haciendo arco domina el horizonte hasta los cerros de Melicena. Tenía esta torre una escalera de caracol, la que los moriscos incendiaron.
Allí se refugiaron los mártires mencionados y ser rendidos, entregando las armas que eran bien pocas, una espada, dos arcabuces y dos ballestas. (manuscrito de 1602 de la biblioteca nacional monumenta granatensia pag. 141). En su pared izquierda tiene incrustada una cruz de piedra cincelada que sale de media a grande con la leyenda conmemorativa grabada a martillo recordando a los mártires, con un castellano firme y antiguo. En el centro la fecha 1670 que da fe del suceso de ayer y hoy verificable.
La otra iglesia es enorme, la rodea el pueblo. Su patrón es San Miguel Arcángel. Su frente es muy ancho y alto, coronada por dos torres altas. Tiene en su frente un reloj redondo que la favorece. Comenzó su construcción en el año 1775, acabada en el 1806. Es de estilo neoclásico, de ocho columnas, anchas, altas y fuertes; alargada, espaciosa y diáfana se mantiene orgullosa. Guarda en su seno dos joyas: la Santa Cruz del estilo patriarcal de Jerusalén del siglo primero. La cruz de Caravaca es en su forma como esta, y una magnífica, vistosa y generosa en amplitud, una Custodia. Ambas son reliquias de gran valor, de las que Murtas se goza.
Fue la querida Custodia ofrendada a Murtas por Don Tomás de Roda y Rodríguez de natural murteño. Fue su párroco por treinta años, siendo obispo de Menorca luego. La reina Isabel II lo hizo predicador en la corte. Lo honró con la cruz de Carlos III. En la vejez fue obispo de Jaén breve, donde entregó a Dios su asombrosa vida. Está sepultado en la catedral, cerca de la cripta.
En Murtas, su lavadero se construyó en el año 1601. Recoge las aguas de su fuente inseparable. Al entrar en la pila ancha y larga, pasa el agua mansa por un caño adornado por un pequeño monumento, fechado con número romano MDCI. Fue reconstruido en el año 1858, bajo el auspicio de Don Tomás de Roda y Rodríguez de quien ya se dijo, quien dejó en testamento 5.000 reales para que se hiciera lo que en él se hizo.
Murtas crece en población y economía a partir del año 1800.
Los terremotos que asolaron Berja durante meses fue causa de que muchos de sus vecinos buscaran sitio seguro encontrando en Murtas lo satisfactorio. Sus cosechas de trigo, cebada y centeno fueron compradas por Berja por mucho tiempo.
Murtas en su prosperidad, hizo rotar sus cultivos a nuevos.
Murtas contempló y contempla, pacífica y discreta, la historia desde su cerro.
Murtas fue buscada por sede de la Academia General Militar en el año 1823 reinando Fernando VII “El Deseado”. Fue aquí disuelta para aparecer reorganizada en el año 1825 en Segovia, el Real Alcázar.
Murtas sufre cruelmente en si misma, la odiada guerra civil del año 1936, dejándola herida primero y en pobreza luego.
Murtas se levanta de la desdicha a la prospera victoria.
En el año 1950 crece vigorosa en población, cosecha, mercado y oficios. Apiñada a sus patronos santos, y endereza serena el alma; y les nace el trovo, avispado, perspicaz e ingenioso, que arropado por los violines, acordeón, bandurria y guitarra, más y más se inspira, y al pronto, danzan sus mujeres con belleza armónica, contestando al trovador con nobles y risueñas castañuelas, que colgadas de ellas, largas cintas multicolores se contornean al requiebro de las graciosas siluetas femeninas murteñas, que en sonrisas satisfechas, entran coquetas a superarse en la segunda estrofa.
Que Murtas discreta y silenciosa, tiene mucha más historia.
Murtas es imposible describir en la cara de una hoja.
Que definir: tesón, firmeza, decisión y constancia, con decir, “Murtas” basta.
Paco “ Ermitaño”
Tradiciones, el trovo alpujarreño
¡Qué decir de sus gentes! en este maravilloso contexto. Ven y luego cuenta tu experiencia con naturalidad como la vida misma. Tenemos que darnos la mano con sencillez y elegancia. Derrochando humanidad y celebrando todo lo positivo que nos afecta a todos.
Alberto del Campo Tejedor
Catedrático de Antropología Social
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
Decir que la naturaleza lúdico-competitiva, el registro burlesco y el contexto ritual-festivo son algunas de las características de la poesía improvisada que los alpujarreños conocen como trovo, no es más que glosar con palabras del mundo del que se habla lo que ellos mismos consideran imprescindible en una buena velá de trovo: el pique, las pullas de los troveros o trovadores. Por eso llaman porfía de trovo al intercambio de quintillas que mantienen generalmente dos improvisadores, a dúo y debate (a porfía, dicen), bien cantás al ritmo del fandango que marcan el violín, la guitarra, la bandurria y el laúd, bien sin acompañamiento musical, a lo que los alpujarreños granadinos otorgan un mérito menor, el trovo hablao, especialidad de los improvisadores del Campo de Dalías almeriense. Es el trovo para los buenos fiesteros, por encima de todo, un juego, especialmente cuando alcanza el grado de la picaílla. Para llevarse el gato al agua, el trovero ha de superar al rival y ello no viene dado tanto por la perfecta ejecución literario-musical (ajustarse a la música, lo que llaman entrar con la subía y arreglar los instrumentos, el verso octosílabo y la rima consonante de las quintillas o décimas), sino sobre todo por el ingenio y la comicidad de unos versos que —sin salirse del tema, es decir discurriendo con cada copla sobre el asunto, el objeto de la controversia— buscan sorprender y agitar a la concurrencia, para levantar el ole y desatar la carcajada. Y es que, para que se produzca la comunicación feliz en una velá de trovo, es necesario el que escucha, imprescindible partícipe de la reunión, al que los alpujarreños consideran tan fiestero como el que canta e improvisa.
El trovo deseable se recrea en cada lance. Gusta a veces el virtuosismo de una rima imposible, o el conceptismo de la imagen rebuscada, pero más aún el hallazgo inesperado en una recombinación audaz de material cercano a la memoria que permita la instantánea comunicación con todo el que participa en la velada, algo así como decir lo de siempre (lo que es común, lo conocido por todos, en lo que todo el mundo está de acuerdo, lo que a uno le gustaría decir si tuviera dotes para decirlo poéticamente) de manera imaginativa, ingeniosa, pasándolo por el cedazo de la comicidad. La rapidez, la dificultad, pero más aún el ingenio satírico es la sal y la pimienta de un trovo bien hecho, especialmente cuando es usado para motejar al rival y sentarle en la silla con una bofetada poética, dejando así en ridículo la postura defendida por este. Al fin y al cabo, enfundándose el traje trovadoresco, el improvisador acepta la embestida, el riesgo de encajar un aluvión de dardos satíricos (un revolcón, una paliza, dicen los alpujarreños), y ser por unos instantes irrisión de amigos y familiares, aun si el más inexperto de ellos pueda salir airoso con tan solo banderillear al oponente con una quintilla tan graciosa que no pueda obtener —mientras aún dura la carcajada colectiva— una respuesta que la iguale en ocurrencia. Una lógica común —acaso intrínseca en cualquier acto de agresión constreñido ritualmente— alienta cada verso: la ambigüedad, el doble sentido, lo jocoserio, un lenguaje tal vez en desuso, pero que es más apto para la diversión que el lenguaje inequívoco y racionalista, ese que se refiere a las cosas por exclusión de las demás. Incluso en los trovos más laudatorios y convencionales —en el sentido de ajustarse a lo correcto y el decoro de la cotidianeidad— siempre acecha la posibilidad de hacerle un guiño a lo innombrable, de aliarse con el subalterno y cantarle las cuarenta al poderoso, de olvidar por un instante, —cuando el vino, la alegría y el pique han caldeado el momento, cuando el eco de la mordaz copla del rival aún zarandea al trovero y la injusticia vivida invierte el hastío en rabia— que la vida es orden y jerarquía.
Tarde o temprano, la pelea de trovo pondrá las cosas en su sitio. Naturalmente el conocimiento de unas específicas reglas del juego (qué, cómo y cuándo se puede y qué no se puede decir), impide que el trovero se salga del tiesto. La gracia radica en llegar al límite, en asomarse al vacío, donde las palabras ya no sirven. Como el juego está basado en la degradación burlesca del rival y del punto de vista defendido por este, el asunto objeto de disputa (y aun el propio trovero que lo encarna) es zarandeado en cada intercambio poético, provocando el vértigo festivo que solo logran las controversias más procaces, en las que no ya los allí presentes sino el mundo entero parece agitarse, tintado grotescamente. Esa hipertrofia de gestos e imágenes, gestadas a golpe de pullas rimadas hechas en el momento, es la que despierta la risa trovera, una deformación cómica de cualquier tema que solo se logra cuando los troveros están sembraos, en su ambiente. Como trovistas de torbellino fueron descritos por el más genial de nuestros escritores, entendiéndose por trovista, aún hasta hace poco, “el que tuerce el sentido de las palabras”. Casi toda faena de trovo memorable que he vivido en persona o a través del recuerdo de los alpujarreños estuvo avivada por el trueno cáustico y la carcajada liberadora, esa que solo funciona con la permisividad mojiganga que crea el comer, beber, hablar, cantar y reír juntos, precisamente con aquellos con los que se comparte fatigas. De ahí el echar un revezo de trovo, que remite a la vez a la acción instrumental y la expresiva, no solo un acto estético, sino también moral, un juego extra-ordinario, necesario contrapunto al trabajo ordinario, el echar un revezo en el campo, rato de faena que se complementa —bajo la lógica de la inversión— con el rato de fiesta.
Naturalmente el trovo no es solo juego satírico, ni los mimbres de sus versos están hechos solo de cortante esparto. El trovo es casi tantas cosas como diferentes momentos en que surge: planto funerario o enhorabuena epitalámico, tan pronto agasajo por la cosecha compartida, como conjuro frente a la enfermedad y la mala suerte. Tampoco es privativo de la Alpujarra. Como lenguaje ritual para solucionar disputas mediante el humor que señala pero no excluye, para decir las cosas sin mentarlas, o simplemente para aliviar la rutina y el prosaico tedio, es tan universal, como específicas son las maneras andaluzas, granaínas y almerienses, alpujarreñas, ¡de los cortijeros de la Contraviesa o de la gente (de) la playa!, que otorgan al trovo alpujarreño una singularidad dentro de un género panhispánico repentista, que es posible rastrear desde el primero de todos los poetas. En contacto con otras tradiciones improvisatorias, en los diferentes encuentros y festivales, los troveros han comprendido que este lenguaje desinhibido, que juega a sacarle los colores a la corrección y voltear la realidad más asumida, es su principal originalidad y aun su más fiel arma en unos combates que algunos lidiarán tanto mejor cuanto más bufos. El lugar tradicionalmente subalterno de los cortijeros (en oposición a los habitantes de pueblos y villas), su condición campesina, minifundista, autosuficiente pero necesitada del otro, en donde los frecuentes conflictos han de ser resueltos con instancias sancionadoras informales como las que proporcionan estas controversias humorísticas, probablemente han permitido la pervivencia de este arte en el campo, en los pequeños núcleos, más que en ningún otro sitio.
En los dos últimos siglos, el progreso y el estado de bienestar —acaso más que un proceso consciente de Ilustración y una cruzada contra el mal gusto— han arrinconado esta vis comica, que durante siglos ha servido para sobrellevar la vida en los márgenes del proceso de civilización. El relativo auge de festivales y actuaciones sobre el tablao promovidos institucionalmente se enfrentan, como todo movimiento folclórico, al mito ilustrado de la cultura universal con el arsenal romántico que valora lo rústico, lo espontáneo, lo irracional, pero topan irremediablemente con el encorsetamiento que produce un contexto escénico más propicio para actuar —en el sentido más teatral de la palabra— que para dejarse llevar por el torbellino poético y ser arrastrado a la otra cara del mundo. Reducido a un modelo estético que no comprende unos juegos del lenguaje gestados en el mundo en el que se habla para sonrojar, los festivales suelen promover una poesía que lime las asperezas del terruño, las inconveniencias del descaro y olvide —en el enésimo intento de redención y civilización del Pueblo— a Dionisos, Príapo y a todo lo que Nietszche veía como la animalidad mediterránea que acabaría sucumbiendo al Estado. El festival puede propiciar la difusión de la rima improvisada pero más rara vez la vivencia de una fiesta de trovo, en la que cada quintilla más que una manera bella (o diferente) de decir las cosas, es la manera buena, en el doble sentido de utilidad práctica y de deseabilidad moral. El trovo es más que burla carnavalesca, los troveros más que histriones. Sí, pero esa faceta, la más extraordinaria y tradicional —en el sentido que le dan los propios alpujarreños—, es acaso también las más incomprendida y amenazada.
Algunos de los más grandes troveros se han ido: Andrés Linares, el único trovero en toda la tradición repentística hispánica, hasta donde conozco, capaz de improvisar al mismo tiempo y con la misma aparente facilidad con que su violín llevaba la voz cantante durante toda la fiesta; o Miguel García Candiota, el maestro indiscutible de esta manera de hacer cosas con palabras. En la velada, en el cortijo, en la bodega, en la reunión de amigos y familiares en torno a la mesa y el vino, donde se pueden decir las cosas a la cara si se dice con eso que los andaluces llaman en algunos sitios arte o guasa y en otros, como la Alpujarra, gracia; ahí transmitieron ellos su saber con el mismo tempo y gusto de los artesanos. Se les echa en falta.
Pero el trueno repentístico aún puede oírse en la Alpujarra pues quedan troveros que siguen haciendo de las suyas en ciertas fiestas al sur de Granada, donde el guiño socarrón vincula a los hombres con otras verdades.
Alberto del Campo Tejedor
Catedrático de Antropología Social
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
Gastronomía
La gastronomía de La Alpujarra y la Sierra de la Contraviesa es un verdadero tesoro culinario que fusiona tradición, historia y sabores únicos. Una experiencia gastronómica incomparable, marcada por la influencia de las culturas árabe, judía y cristiana que han dejado su huella a lo largo de los siglos.
El valor diferencial de nuestra gastronomía radica en la utilización de ingredientes locales de alta calidad, cultivados en las fértiles tierras de montaña y en las soleadas laderas que caracterizan el paisaje. Desde las exquisitas almendras y las aromáticas hierbas silvestres hasta los sabrosos jamones curados y los vinos artesanales, cada bocado es un viaje de descubrimiento.
Descubre con nosotros algunas recetas tradicionales de Murtas que reflejan la autenticidad y el arraigo de esta región a sus raíces. Además, la hospitalidad de sus gentes, añade un toque especial a cada experiencia gastronómica, convirtiendo cada comida en un momento de encuentro y celebración. Sumérgete en los sabores de La Alpujarra y de la Sierra de la Contraviesa y descubre un universo de delicias que te cautivarán.
PIPIRRANA
INGREDIENTES
- Tomate seco
- Aceitunas partidas negras deshuesadas
- Lomo de bacalao
- Cebolleta
- Huevo
- Aceite de oliva
ELABORACIÓN
Desalar el lomo de bacalao al gusto y quitar espinas, lo pueden asar o comer en crudo, como prefieran, después desmigar y reservar. Cocer el tomate seco y picarlo. Cocer el huevo y picarlo. Picar la cebolleta. Y para finalizar envolver todos los ingredientes en un bol y echarle el aceite de oliva.
Receta aportada por Florentina García Fernández.
GACHAS DE VERANO
INGREDIENTES
- Para el sofrito
- Cebolla
- Ajos
- Pimiento verde
- Pimiento rojo
- Pimienta molida
- Azafrán
- Picante (opcional)
- Para el caldo
- Agua
- Pimiento rojo
- Pimiento verde
- Cebolla
- Perejil
- Ajo
- Para la masa
- Agua
- Aceite
- Harina
- Sal
ELABORACIÓN
Primero elaboramos el sofrito en una sartén con todos los ingredientes picados, el ajo hay que echar uno de ellos machacado. Para el caldo, previamente se asarán los pimientos y se les quitará la piel. Echamos en una olla el sofrito, el agua, los pimientos asados, la cebolla, ajo machacado, y un poco de perejil picado, lo dejamos que cueza bien.
Y para la masa de las gachas se pone en la sartén agua con aceita de oliva, un poco de harina y sal, esperar a que hierva y cuando empiece a hervir echar la harina y no dejar de moverlas sin parar hasta que estén cocidas con el punto un poco más duras que un flan.
Receta aportada por Florentina García Fernández.
TARBINAS DE INVIERNO
INGREDIENTES
- Agua
- Sal
- Harina
- Aceite
- Longaniza
- Panceta
- Tocino
- Pan
ELABORACIÓN
Primero ponemos a hervir en una sartén agua, sal, un poco de harina y aceite. Cuando empiece a hervir, echar harina poco a poco y no dejar de remover para que no se formen grumos. Cuando las gachas estén cocidas las reservamos. Cortamos en tacos pequeños, la longaniza, la panceta, el tocino y el pan y lo freímos. Cuando esté todo bien frito, cogemos la sartén de las gachas, abrimos la masa y se echa todo lo frito y a comer todo el mundo.
Receta aportada por Florentina García Fernández.
CUAJADO DE ALMENDRA
CUAJADO DE ALMENDRA de mi abuela Rosario López Rodríguez.
El cuajado es una receta tradicional, esta era la que hacia mi abuela Rosario y que mi tía Martirio guarda con mucho cariño. una receta con solo tres ingredientes. Este cuajado se hacia en grandes cantidades ya que se compartían con la familia.
INGREDIENTES
- 1 docena de huevos
- 1/2 kg de azúcar blanca
- 600gr de almendras molidas
ELABORACIÓN
- Precalentar el horno a 200 grados con calor arriba y abajo.
- Separar las yemas de las claras y batir las yemas con el azúcar hasta que haya doblado su volumen y hayan emblazquezido.
- Montar las claras a punto de nieve y juntarlas con las yemas y el azúcar con movimientos envolvientes para no perder el aire.
- Añadir las almendras molidas también con movimientos envolventes.
- Engrasar los moldes y verter la masa en ellos = para estas cantidades salen 5 en moldes de unos 20cm)
- Meter los cuajados en el horno y bajar la temperatura a 180 grados.
- Cocer durante 40-45 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
Entorno natural
Murtas situado en la cara Sur Este de la Sierra de la Contraviesa, a 1115 metros de altitud sobre el nivel del mar.
La ubicación del pueblo es privilegiada, es un balcón sobre el campo de Dalias, Berja, Ejido y el mar Mediterráneo.
El término municipal de murtas con 71,7 Km2 de superficie y colindante con Cádiar, Ugijar, Albuñol, Albondon y Turón.
De nuestro entorno natural cabe destacar la majestuosidad del Cerrajón, cerro emblemático de la Alpujarra y de la Contraviesa, desde el cual a sus 1507 metros de altitud nos permite disfrutar de vistas en sus 360º, con Sierra Nevada al Norte, Alpujarra Almeriense, Sierra de Gádor, Campo de Dalías, Mar Mediterráneo, Cresta de la Sierra de la Contraviesa.
Por la noche desde su mirador nos permite disfrutar del cielo estrellado e igualmente de vistas simplemente espectaculares.
Murtas fue declarado recientemente primer pueblo “Starlight” de la Alpujarra y en breve se va a llevar por parte del ayuntamiento la creación de un mirador nocturno.
Nuestro municipio nos ofrece la oportunidad de poder llevar a cabo actividades en el medio natural como pueden ser:
- Senderismo: desde el pueblo se pueden llevar a cabo infinidad de rutas se senderismo, la más destacada es la subida al cerrajón por los caminos que están bien acondicionados y que permiten una buena accesibilidad dentro de la normalidad del desnivel.
- Rutas circulares hacia la zona del pantano de Beninar, Turón etc.
Hoy día con las apps que existen es fácil encontrar rutas ya fijadas.
Murtas cuenta con zonas tales como el Castillo de la Juliana y zona de Peláez donde se pueden visitar las ruinas del Castillo donde aún se mantiene aljibes dignos de observar y RESPETAR.
así mismo en todo el municipio existen diferentes “CALERAS” las cuales pueden ser el germen de una ruta denominada la “ruta de las caleras” ya que hay diseminadas por todo el termino varias las cuales con una buena interpretación nos pueden ayudar a mostrar al visitante como y para qué se utilizaban.
El entorno del Cerrajón por el tipo de terreno Caliza, cuenta con varias Simas o Cuevas de interés espeleológico, la más destacada es la cueva del Patio por su espectacular boca de entrada, la cueva de la gotera muy cerca de la cima del Cerrajón y de fácil acceso.
En este punto de ha de llamar a la responsabilidad con el medio, tanto en no aventurarse a explorar sin tener los medios y conocimiento, así como respetar lo que la naturaleza y la historia nos ofrece.
Pongo una foto de lo lamentablemente visto en la cueva del patio, esto no es representativo, pero al colectivo Espeleológico le duele ver estas cosas de ahí que mejor será preservar a los interesados otros puntos de interés.
Otro atractivo del municipio es su AGRO, los cultivos de Almendros, Pinares, Encinas y Viñedos los cuales ofrecen una ruta por las bodegas del Termino municipal.
Ramblas que parten desde las zonas más altas y que eran usadas como caminos entre pueblos vecinos, y con el consiguiente paso por diferentes cortijadas en las cuales aún viven vecinos.
La cacería, con diferentes cotos, mueve también visitantes aficionados a la caza de la perdiz, y batidas de jabalís
Fuente información. Francisco Javier Molina Castillo
Murtas situado en la cara Sur Este de la Sierra de la Contraviesa, a 1115 metros de altitud sobre el nivel del mar. La ubicación del pueblo es privilegiada, es un balcón sobre el campo de Dalias, Berja, Ejido y el mar Mediterráneo. El término municipal de murtas con 71,7 Km2 de superficie y colindante con Cádiar, Ugijar, Albuñol, Albondon y Turón.
De nuestro entorno natural cabe destacar la majestuosidad del Cerrajón, cerro emblemático de la Alpujarra y de la Contraviesa, desde el cual a sus 1507 metros de altitud nos permite disfrutar de vistas en sus 360º, con Sierra Nevada al Norte, Alpujarra Almeriense, Sierra de Gádor, Campo de Dalías, Mar Mediterráneo, Cresta de la Sierra de la Contraviesa.
Por la noche desde su mirador nos permite disfrutar del cielo estrellado e igualmente de vistas simplemente espectaculares.
Murtas fue declarado recientemente primer pueblo “Starlight” de la Alpujarra y en breve se va a llevar por parte del ayuntamiento la creación de un mirador nocturno.
Nuestro municipio nos ofrece la oportunidad de poder llevar a cabo actividades en el medio natural como pueden ser:
- Senderismo: desde el pueblo se pueden llevar a cabo infinidad de rutas se senderismo, la más destacada es la subida al cerrajón por los caminos que están bien acondicionados y que permiten una buena accesibilidad dentro de la normalidad del desnivel.
- Rutas circulares: hacia la zona del pantano de Beninar, Turón etc.
Hoy día con las apps que existen es fácil encontrar rutas ya fijadas. Murtas cuenta con zonas tales como el Castillo de la Juliana y zona de Peláez donde se pueden visitar las ruinas del Castillo donde aún se mantiene aljibes dignos de observar y RESPETAR.
Así mismo en todo el municipio existen diferentes “CALERAS” las cuales pueden ser el germen de una ruta denominada la “ruta de las caleras” ya que hay diseminadas por todo el termino varias las cuales con una buena interpretación nos pueden ayudar a mostrar al visitante como y para qué se utilizaban.
El entorno del Cerrajón por el tipo de terreno Caliza, cuenta con varias Simas o Cuevas de interés espeleológico, la más destacada es la cueva del Patio por su espectacular boca de entrada, la cueva de la gotera muy cerca de la cima del Cerrajón y de fácil acceso.
En este punto de ha de llamar a la responsabilidad con el medio, tanto en no aventurarse a explorar sin tener los medios y conocimiento, así como respetar lo que la naturaleza y la historia nos ofrece.
Pongo una foto de lo lamentablemente visto en la cueva del patio, esto no es representativo, pero al colectivo Espeleológico le duele ver estas cosas de ahí que mejor será preservar a los interesados otros puntos de interés.
Otro atractivo del municipio es su AGRO, los cultivos de Almendros, Pinares, Encinas y Viñedos los cuales ofrecen una ruta por las bodegas del Termino municipal.
Ramblas que parten desde las zonas más altas y que eran usadas como caminos entre pueblos vecinos, y con el consiguiente paso por diferentes cortijadas en las cuales aún viven vecinos.
La cacería, con diferentes cotos, mueve también visitantes aficionados a la caza de la perdiz, y batidas de jabalís
Fuente información: Francisco Javier Molina Castillo
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